Atrás quedó esa época en que una misma empresa se encargaba de realizar miles de labores y trabajos para sus clientes, además de la necesidad de enfocarse en la razón de ser de la compañía, factores como el auge de los freelancers, el surgimiento de empresas especializadas y los avances tecnológicos como el trabajo en red, han dado nacimiento a una nueva tendencia empresarial: La tercerización o el outsourcing.
Cada día más empresas optan por dejar en manos de terceros tareas que hacen parte de sus servicios, pero que no son su especialidad. El outsourcing dio sus primeros pasos con actividades de apoyo temporales como el mantenimiento y las telecomunicaciones. Pero actualmente ha evolucionado a otros mercados y miles de actividades empresariales son realizadas por proveedores externos, desde marketing, manejo de recursos humanos, proyectos tecnológicos, hasta contabilidad y labores administrativas.
La subcontratación de servicios puede atemorizar a los empresarios más convencionales, esos que prefieren llenarse de trabajo y tener el control total sobre todo lo que sucede en su empresa, pero lo cierto es que esta tendencia les permite incluso tener un control más organizado de lo que sucede en todas las áreas de su negocio, dejándoles el tiempo suficiente para cumplir con la misión, visión y los objetivos de la compañía.
No está mal querer hacerlo todo, pero puede ser agotador, con el tiempo los resultados no van a ser los mismos y esto se va a ver reflejado en la calidad de los productos y servicios; a veces es más conveniente centrarse en una tarea y dar el 100% que dar un 20% realizando 5 tareas diferentes. El Outsourcing permite un control total de las actividades, soportado en los indicadores de gestión que se establezcan y los procesos de garantía señalados.
Toda empresa tiene un punto fuerte, un valor agregado que la hace única y que la diferencia de la competencia, y en él se deben concentrar todos los esfuerzos. ¿Y el resto de actividades? Bueno, es aquí donde debemos realizar una evaluación objetiva del estado de nuestra empresa y decidir qué áreas podemos dejar en manos de terceros. El Outsourcing tiene grandes ventajas, no solo para la empresa que contrata servicios externos y personal externo especializado, sino para el mercado en general, ya que se crean lazos y relaciones laborales de gran valor. Además:
- La empresa gana tiempo valioso que puede aprovechar para fortalecer y mantener los valores agregados.
- Menos empleados directos.
- Se fortalecen relaciones con expertos en diversos campos que pueden aportar nuevos valores a la compañía.
- Evita mantener estructuras organizacionales para soportar las areas Admnistrativas y de Recursos Humanos.
- Se crean lazos laborales temporales sin preocupaciones por compromisos a largo plazo.
- Subcontratar servicios con más de una empresa, permite una entrega más rápida de productos.
- Se ahorra tiempo y dinero en capacitar empleados porque ¡Ya hay alguien afuera que sabe hacer a la perfección todo lo que tu empresa necesita!
Y la lista sigue. Cada empresa puede encontrar diferentes ventajas en el outsourcing, unas más que otras, pero la tercerización de servicios siempre acercará a tu compañía a un cumplimiento más eficiente de sus objetivos, un aumento en la competitividad, mayor productividad y ahorro de dinero.


